Canó, tras los pasos de Omar Minaya
A sus 41 años, el beisbolista dominicano Robinson Canó no ve el retiro cerca, aunque ya ha pensado que, cuando llegue, seguirá los pasos de su compatriota Omar Minaya, quien ha sido directivo en varios equipos de las Grandes Ligas y es asesor de operaciones de los New York Yankees.
“Me gustaría hacer lo que hace Minaya o mejor. Trabajar en las oficinas, ser un asesor o un asistente de algún dueño o gerente”, explicó a EFE el segunda base de los Diablos Rojos de la Liga Mexicana de Béisbol.
El campeón de la Serie Mundial en 2009 con los Yankees ya tuvo su primer acercamiento con el trabajo en gerencia; el año pasado se convirtió en uno de los accionistas de la Baseball United, la primera liga de béisbol profesional en el Medio Oriente y el sur de Asia.
En esa liga, Canó no solo es uno de los dueños, sino que fue pelotero en los primeros juegos de exhibición en el 2023 y en este 2024 apunta a jugar en uno de los equipos.
“Me gustaría en el futuro mirar el juego en las gradas y dar consejos para que la liga crezca. Es una competencia que apenas empieza, pero he aprendido que todo en la vida tiene un proceso y hay que darle su tiempo. Está es otra oportunidad para los peloteros que no tienen trabajo en Grandes Ligas”, añadió el oriundo de San Pedro de Macorís.
Canó estuvo 17 campañas en Las Mayores, tiempo en el cual acumuló 335 jonrones, impulsó 1.306 carreras y dejó un promedio de bateo de .301.
Después de una carrera que muchos consideran de Salón de la Fama, Canó abandonó la Gran Carpa en 2022, en medio de dos suspensiones por dopaje, la última de ellas lo vetó de jugar la campaña 2021.
Eso lo llevó a jugar en la liga dominicana, a la que ayudó a ganar dos títulos de Serie del Caribe, y en la que es una de las figuras de las Estrellas Orientales.
Convertido en una leyenda de la pelota dominicana, fichó este año con los Diablos Rojos, los más ganadores en la Liga Mexicana de Béisbol con 16 títulos.
Desde su llegada, tanto Canó como directivos de los escarlatas han asegurado que el dinero no fue la causa para que el segunda base llegara a México, sino el deseo de darles a los Rojos su primer título desde 2014.
“Lo que me mantiene activo a los 41 años es el amor por el béisbol, el trabajo duro, constante, lo aprendí temprano en mi carrera y es lo que le diría todo el mundo, cuando trabajas solo ves buenos resultados”, sentenció Canó.