Campos Pina es gloria viviente de la aviación
Habían transcurrido apenas menos de doce años de la firma del Convenio sobre Aviación Civil Internacional o Convenio de Chicago, con el cual queda conformada la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), cuando un joven llamado Rafael Campos Pina, lleno de ilusiones y esperanzas, ingresó a la recién creada Dirección General de Aviación, hoy Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), institución en la que cumplirá cincuenta y cuatro años ininterrumpidos en los próximos días.
En su mente ha permanecido el recuerdo, perenne e imborrable, de ese martes 3 de abril de 1956, día en el cual fue nombrado a través del oficio no. 820, firmado por el primer director de esa incipiente institución, el señor Mario Lovatón Pittaluga.
Mensajero fue su primera asignación, en la que desempeñó durante los seis meses iníciales. Luego fue seleccionado, junto a otros cinco jóvenes, para realizar el curso de Control de Aeródromos, en el desaparecido Aeropuerto General Andrews; impartido por un técnico de la OACI, y al término del cual, tuvieron la delicada misión de reemplazar a los controladores aéreos extranjeros que realizaban dicha labor.
Una vida fructífera
A ese primer curso, le sigue una interminable lista de entrenamientos y un intenso ejercicio profesional que lo llevan a viajar por diversos lugares del mundo, entre ellos Alemania, Estados Unidos, México, y Turquía.
En su carrera de controlador aéreo llegó a desempeñarse como auxiliar y controlador de torre, controlador de área y de aproximación, supervisor y encargado de tránsito aéreo, y encargado del departamento de regulaciones aeronáuticas; siendo en su momento esta última dependencia, el organismo de mayor jerarquía dentro de la institución reguladora aeronáutica.
Entre sus grandes logros se encuentra ser el fundador de la aerovía A-636, y haber desarrollado el sistema de cobros de las tasas aeronáuticas para pasajeros y carga.
Desde el año 2003 sirve como instructor en los diversos cursos que imparte el Instituto Militar de Estudios Superiores Aeronáuticos (IMESA), dependencia de la Fuerza Aérea Dominicana.
Un espíritu alegre, que ni los años doblegan
Conversar con Don Campos Pina es una experiencia gratificante. Un caballero de los pies a la cabeza, a quien le encanta traspasar y compartir sus experiencias y conocimientos.
Entre sus muchas virtudes se destaca una. Y es su espíritu alegre, que más que mermar con el paso de los años parece que se incrementa y acrisola, capaz de transmitir una contagiosa paz, con lo que nos premia y privilegia a los que tenemos el honor de ser considerado entre sus amigos.