Buques de guerra estadounidenses se aproximan a aguas chinas
La tensión entre Estados Unidos y China no decrece. Cuando un buque de guerra americano se aventuró en las aguas del Mar de la China Meridional, Pekín lo consideró una incursión ilegal y lo repelió con rapidez, ya que afirma que las aguas de este mar forman parte de su territorio.
La respuesta de Estados Unidos no se hizo esperar: desplegaron una amenazante flota de portaviones, como advertencia. Así, la zona del mar de la China Meridional se ha convertido en el escenario de la última disputa entre estas dos potencias globales.
El USS Benfold, buque de guerra con misiles de destrucción guiados, está llevando a cabo una «misión de libertad de navegación» cerca de las Islas Paracel, un archipiélago entre China y Vietnam. Así lo afirmó el Pentágono, a través de un comunicado.
Por su parte, el Ejército Popular de Liberación de Pekín explicó que su seguimiento del buque estadounidense no fue hostil. Tan solo querían vigilar su recorrido, y «organizar sus fuerzas navales y aéreas para monitorearlo y ahuyentarlo».
Más adelante, Washington anunció que su flota de portaaviones entraría en este disputado mar para efectuar operaciones de seguridad. El grupo incluye al impresionante portaaviones de clase Nimitz ‘USS Ronald Reagan’, junto a su séquito habitual de helicópteros y cazas. Por costumbre, a este navío suelen acompañarlo al menos tres cruceros y varios otros buques de guerra.
«Nuestra presencia en el mar de la China Meridional demuestra el compromiso de American con un Indo-Pacífico libre y abierto», declaró el capitán Fred Goldhammer, comandante del USS Ronald Reagan.
Pero su misión, de supuesta paz, ha levantado alarmas en China. Tian Juli, portavoz del Ejército Popular de Liberación, criticó el paso del USS Benfold en las Islas Paracel, y lo acusó de «violar gravemente la seguridad y soberanía de China».
«Lo que esta maniobra demuestra es que Estados Unidos es un riesgo en el mar de la China Meridional, y un destructor de la paz y estabilidad regionales», agregó Tian.
La rencilla prosiguió; Estados Unidos respondió que la versión de China era falsa, y la última de una larga serie de intentos por parte de Pekín de «tergiversar operaciones marítimas estadounidenses legales, e imponer sus excesivas e ilegales reclamaciones marítimas. Así, perjudica a sus vecinos asiáticos del mar de la China Meridional».
Según Washigton, el Benfold, que mide 154 metros y fue construido con fines destructores (va pertrechado con misiles balísticos y anti-navío) estaba defendiendo el derecho de todos los países de volar, navegar, y operar allí donde lo permiten las leyes internacionales. Espetaron que nada de lo que diga China «podrá desalentarlos».
Fuente: https://www.eldebate.com/