Brasil construirá submarinos para proteger su patrimonio marítimo
Sao Paulo.- Proteger 8.500 km de costa y sus riquezas, como las reservas petroleras del presal y los minerales de la denominada ‘Amazonía Azul’ es el objetivo de Brasil, que construirá cinco submarinos, uno de ellos de propulsión nuclear, en colaboración con Francia.
‘Brasil tiene riquezas que están en nuestro mar. Es nuestra responsabilidad tener fuerzas armadas fuertes. No para hacer la guerra, y sí para no entrar en guerra. Para que no intenten arrebatar nuestras riquezas. El submarino de propulsión nuclear es una de las armas con mayor posibilidad de disuasión’, explica a la AFP Gilberto Max Roffé Hirshfeld, coordinador del programa de desarrollo de submarinos de la Marina brasileña, con un costo estimado de 10.000 millones de dólares.
Los nuevos submarinos sustituirán a los cinco convencionales que Brasil posee, y que están al final de su vida útil.
En Itaguaí, 70 km al sur de Río, se ubica el complejo de 540.000 m2 donde la constructora brasileña Odebrecht, la estatal de Defensa francesa DCNS y la Armada brasileña trabajan juntas para cumplir un cronograma que se extiende hasta 2025.
El primer submarino convencional (SBR1), con lanzamiento al mar previsto para 2017, está en un 45% completo, y el segundo, previsto para 2019, comienza a ser construido.
Las dimensiones del complejo impresionan: el galpón donde se fabrican los submarinos tiene 38 metros de altura. Los operarios trabajan en las enormes chapas de acero que, unidas, formarán el resistente casco. Cuando estén listos, los convencionales y el nuclear tendrán respectivamente 75 y 100 metros de largo y pesarán de 2.000 a 6.000 toneladas.
A metros de allí, 3.000 personas trabajan a ritmo acelerado para erguir el astillero donde serán montadas las embarcaciones a partir de noviembre. La infraestructura completa tendrá otro astillero de manutención, una base naval y un complejo radiológico, en donde se hará el cambio del combustible nuclear.
En 2017, comenzará la construcción del submarino nuclear (SNBR), y su lanzamiento al mar es esperado para 2025.
Actualmente, además de Brasil solo cinco países proyectan y construyen submarinos nucleares: China, Reino Unido, Estados Unidos, Rusia y Francia.
Los submarinos convencionales tienen restricciones, como el motor que funciona a diésel y electricidad, que los obliga a subir a la superficie cada 12 o 24 horas para recargar las baterías y cambiar el aire que se respira en la cabina.
Más caros, los de propulsión nuclear son más veloces y no necesitan salir a flote, pues usan energía atómica en sus motores, una fuente prácticamente inagotable, y el aire respirado se purifica internamente con un compuesto químico.
Según la Marina brasileña, los submarinos convencionales patrullarán puntos de comunicación marítima intensa, como puertos. El nuclear actuará en zonas más distantes, en donde están las ricas reservas del presal -estimadas en hasta 35.000 millones de barriles- y la Amazonía Azul, un territorio marítimo de 3,5 millones de km2, ubicado hasta 200 millas náuticas (unos 370 km) de la costa.
Rica en biodiversidad, la ‘Amazonía azul’, donde Brasil ejerce soberanía y derecho a explotación y gestión de sus recursos, tiene minerales como fosforita, oro, manganeso y caliza, con diversas aplicaciones, de la agricultura a la construcción civil.
La Marina destaca asimismo que un 95% del comercio exterior brasileño pasa por el mar, en donde se prospecta la mayor parte del petróleo y gas del país.
En 2008, Brasil y Francia firmaron un acuerdo por el cual la DCNS se comprometió a proveer material para producir buques e infraestructura y a entrenar personal brasileño, con nacionalización de equipos y sistemas para el desarrollo de una industria nacional en el sector.
Lo único que quedó fuera del acuerdo fue la parte nuclear, pues el reactor y el combustible de uranio enriquecido son desarrollados con tecnología brasileña.
Aunque con fines disuasorios, los cinco submarinos estarán equipados con torpedos convencionales, pues la Constitución de Brasil y el Tratado de No proliferación Nuclear (TNP), del cual el país es firmante, prohíben desarrollar o dotarse de armas atómicas.
Según el Instituto Internacional de Estudios de la Paz de Estocolmo (SIPRI, en inglés), Brasil fue en 2013 uno de los 15 países que más invirtió en defensa: 31.500 millones de dólares, un 3,9% menos que en 2012.
Fuente: http://noticias.terra.com