Bolivia fabrica abono biológico utilizando hoja de coca

El gobierno de Bolivia cree haber encontrado en la fabricación de abono un buen destino para las enormes cantidades de coca que anualmente se incautan al narcotráfico.

Mediante un experimento, técnicos del gobierno y campesinos de la región de los Yungas de La Paz han obtenido abono biológico a base de coca mezclada con basura, con hojas de árbol o con estiércol de gallina.

Luis Cutipa, el director nacional de Industrialización y Comercialización de Coca, tiene en su oficina cuatro bolsitas del ‘compost de coca’, donde se lee que es ‘el mejor abono biológico del mundo’ porque ‘incrementa el rendimiento de los cultivos’.

En entrevista con BBC Mundo, el funcionario dice que esa certificación proviene de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba, en el centro de Bolivia, donde fueron enviadas las muestras del producto.

Y para que no queden dudas, exhibe el documento con la composición química del compost, firmado por el jefe técnico del laboratorio de suelos y aguas, el ingeniero Alfredo Cáceres.

Otros controles

Sin embargo, el abono también debe pasar por los controles de la Fuerzas Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN), puesto que si aún tuviera el suficiente alcaloide como para producir cocaína, el mismo quedaría descartado.

Lo curioso del caso es que este abono está siendo probado en una plantación de coca, algo que a Cutipa no le parece un contrasentido porque ése era el único cultivo que estaba disponible en las cercanías del experimento. Sin embargo, aclara que cuando se empiece a producir a gran escala, el abono servirá para cultivar hortalizas, tubérculos, frutales y otras plantas.

Una vez conseguida la certificación, el desafío ahora es lograr financiamiento para producir abono a una escala mayor. La Dirección de la Coca elaboró un proyecto de US$700.000 destinado a producirlo en Cochabamba, donde los cocaleros ya compraron dos hectáreas de terreno para ese fin.

Abono en vez de cocaína

Cutipa explica que se han iniciado los experimentos porque anualmente se incauta un promedio de 681 toneladas de coca ilegal y que, de no haber sido por los decomisos, se habría destinado a la fabricación de cocaína.

Una parte de esa coca es quemada con la ayuda de la oficina antidrogas de la embajada de Estados Unidos, sin embargo, siempre queda un sobrante que, por su enorme cantidad, rebasa galpones, garajes, depósitos y hasta la propia oficina de Cutipa, donde las bolsas de coca cerraron el paso de las gradas.

Para conseguir el abono, explica Cutipa, se debe cavar un hoyo en la tierra y luego se intercalan capas de coca y de basura o de hojas de árboles. Después de tres meses el abono está listo para su uso.

Y, tratándose de un producto ilegal, ¿no sería mejor cortar la producción de coca en vez de industrializarla? El funcionario responde que, según los cálculos del gobierno, unas 20.000 hectáreas de coca se usan en Bolivia para fines legales y más de 10.000 son destinadas al narcotráfico. Por eso, afirma, es necesario encontrar un destino para el cargamento que es incautado anualmente.


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