Benedicto XVI y Fidel Castro se reunieron durante 30 minutos

La Habana.- El Papa Benedicto XVI partió ayer miércoles de regreso a Roma tras una visita de 48 horas a Cuba, en la que dejó mensajes, unos de cal y otros de arena, para el gobierno comunista.

En su despedida en el aeropuerto internacional José Martí, el Santo Padre condenó el embargo estadounidense, viejo reclamo de La Habana a Washington mientras horas antes, en una misa en la emblemática Plaza de la Revolución de La Habana, el Pontífice demandó a las autoridades mayores libertades para la iglesia Católica y denunció “el fanatismo” y “la irracionalidad” de aquellos que intentan imponer una idea sobre los demás.

Antes de su llegada a Cuba, en el vuelo rumbo a México, primera parada de su gira por la América que habla español, Benedicto XVI dijo que el marxismo, como ideología, carece de vigencia.

En el aeropuerto, el Papa también dijo que nadie debía ser limitado por carencias económicas impuestas desde el exterior, en alusión al embargo estadounidense, país al que no se refirió específicamente. El despegue del avión que lo llevaría de vuelta al Vaticano fue retrasado al menos media hora debido a un aguacero. Los discursos finales del presidente Raúl Castro y el Pontífice se hicieron bajo techo y no sobre la pista, como ocurre tradicionalmente.

“Que la luz del Señor, que ha brillado con fulgor en estos días, no se apague en quienes la han acogido y ayude a todos a estrechar la concordia y a hacer fructificar lo mejor del alma cubana, sus valores más nobles, sobre los que es posible cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada”, dijo en su mensaje de salida de Cuba y leído en español. “Que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales, ni eximido de ella por desidia o carencias de recursos materiales.

Situación que se ve agravada cuando medidas económicas restrictivas impuestas desde afuera del país pesan negativamente sobre la población”.

El presidente Raúl Castro despidió al Santo Padre al pie de la escalerilla del avión. “Hemos encontrado muchas y profundas coincidencias, aunque, como es natural, no pensemos lo mismo sobre todas las cuestiones”, dijo Castro en el discurso de despedida.

Dijo que en Cuba eran conscientes de que la dignidad humana no sólo se sustentaba sobre bases materiales, “sino también sobre valores espirituales, como la generosidad, la solidaridad, el sentimiento de justicia, el altruismo, el respeto mutuo, la honradez y el apego a la verdad”.

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EL ENCUENTRO CON FIDEL CASTRO

Horas antes de la partida, el Papa sostuvo una reunión en la Nunciatura Apostólica con el ex presidente Fidel Castro, que se extendió por unos 30 minutos.

El ex presidente cubano consultó al Santo Padre sobre temas que van desde las actividades propias de un Papa hasta los cambios en la liturgia de la iglesia, según el vocero del Vaticano, Federico Lombardi. También bromearon sobre sus edades. Castro tiene 85 años y el Pontífice 84.

El Papa, según Lombardi, dijo: “soy anciano, pero puedo todavía realizar mi deber”. En algún momento del encuentro, que Lombardi no precisó, estuvieron presentes dos hijos de Fidel Castro y su compañera Dalia Soto.

Lombardi dijo que nunca se solicitó ni se realizó encuentro alguno con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien se encuentra en La Habana desde el fin de semana pasado recibiendo tratamiento médico para el cáncer. Chávez tiene 57 años.


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