Bellas Artes reabre sala con emotiva actividad
Con el estreno de la pieza teatral Tartufo, se llevó a cabo la reapertura de la Sala Máximo Avilés Blonda del Teatro de Bellas Artes, la cual tenía varios años sin funcionamiento.
Tartufo, una adaptación libre del clásico de Molière, dirigida y adaptada por la destacada artista y dramaturga dominicana radicada en París, Licelotte Nin, recibió el respaldo del público.
La producción de la obra estuvo a cargo de Fausto Rojas, director de la Compañía Nacional de Teatro, que cautivó a un gran público durante las funciones del viernes, sábado y domingo.
Cabe destacar que el Ministerio de Cultura y la Dirección General de Bellas Artes le han devuelto el esplendor a la sala, con un nuevo sistema de climatización que cubre todo el inmenso y hermoso Palacio de Bellas Artes.
La ministra de Cultura, Milagros Germán, expresó su alegría por volver a abrir las puertas de este escenario y destacó la importancia de este hito cultural.
“Hoy toda la clase artística está de fiesta, estamos dando apertura a esta magnífica Sala Máximo Avilés Blonda, después de varios años cerrada por problemas de climatización”, afirmó Germán a través de un emotivo audiovisual.
También, destacó el nuevo sistema de climatización de última generación, que no sólo beneficia a la Sala Máximo Avilés Blonda, sino a todo el Palacio de Bellas Artes.
“Este inmenso y hermoso Palacio de Bellas Artes, declarado en el año 2010 como uno de los siete tesoros de la capital dominicana por el Buró Internacional de Capitales Culturales, ha vuelto a recuperar su dignidad”, añadió la funcionaria.
El público disfrutó la presentación magistral de «Tartufo», una obra que marcó el regreso de la Sala Máximo Avilés Blonda a la vida cultural del país.
La Compañía Nacional de Teatro cautivó al público con poderosas interpretaciones de Gilberto Hernández, Yamile Scheker, Cindy Galán, Orestes Amador, Cristela Gómez, Johanna González, Alejandro Moss, Maggy Liranzo, Ilya Aponte y Francys Frica.
Trama
La obra
La trama de «Tartufo» gira en torno a la señora Orgón, quien acoge a Tartufo, un falso predicador y embaucador, en su hogar en busca de redención. La obra ofrece una narrativa rica en pérdida y engaño.