Bashar al Asad promete poner fin a violencia
Siria.- El presidente Bashar al Asad prometió este martes que iba a cooperar con cualquier esfuerzo destinado a estabilizar Siria y prometió a su aliado ruso cesar la violencia, en momentos en que la presión internacional se hace cada vez más fuerte sobre Damasco.‘Tuvimos un encuentro muy útil. El presidente sirio nos aseguró que estaba enteramente comprometido en hacer cesar la violencia desde donde venga’, declaró en Damasco el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, citado por las agencias rusas, luego de un encuentro con Asad.
Además, el presidente Asad ‘reiteró la voluntad de Siria de cooperar con todos los esfuerzos destinados a estabilizar’ el país, según la agencia oficial siria Sana.
Pero Washington dio cuenta de su ‘escepticismo’ por las promesas y llamó a Damasco a poner fin inmediatamente a la violencia.
Sin ir tan lejos como Estados Unidos, que anunció el cierre de su embajada en Siria por razones de seguridad, Bélgica, Gran Bretaña, y este martes España, Francia, Italia y Holanda, anunciaron un llamado a consultas de sus respectivos embajadores.
Las monarquías del Golfo decidieron por su parte expulsar a los embajadores de Siria en los seis países y retirar a los suyos de Damasco, mientras que Emiratos Árabes Unidos anunció el envío de ‘ayuda humanitaria urgente’ a los desplazados sirios en los países vecinos.
En Estados Unidos el senador republicano John McCain urgió a Estados Unidos a considerar suministrar armas a las fuerzas de oposición sirias que luchan contra el régimen. El demócrata John Kerry llamó por su parte a Rusia y a China, que vetaron un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba la represión, a respaldar la acción de la ONU contra el régimen de Damasco.
Turquía anunció por su parte el próximo lanzamiento de una ‘nueva iniciativa’ internacional tras el bloqueo en la ONU.
En Latinoamérica, con la excepción del venezolano Hugo Chávez, que consideró ‘muy positivo’ el veto de China y Rusia el sábado en el Consejo de Seguridad, otras naciones alzaron su voz para condenar la violencia.
El lunes Chile reiteró su preocupación por la situación en Siria y solicitó al Consejo de Seguridad que adopte ‘prontamente’ una decisión para proteger a la población civil.
Este martes el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, pidió el fin de la violencia y subrayó que la comunidad internacional no puede permanecer ‘indiferente’ frente a estos crímenes y el gobierno de El Salvador condenó ‘todo atropello a los derechos humanos’ y formuló un llamado al régimen sirio a que ‘garantice’ la seguridad de la población civil.
En Damasco, Lavrov afirmó que Rusia estaba dispuesta a continuar buscando una solución al conflicto sobre la base de la iniciativa de la Liga Árabe que pide el fin de la violencia y una misión se observadores -hoy suspendida-, según Sana.
Según Lavrov, Asad anunciará pronto la fecha de un referéndum sobre una nueva Constitución.
En las ciudades ‘rebeldes’, en especial en Homs (centro), la sangre continuaba derramándose al día siguiente de una jornada particularmente mortífera que contó casi 100 muertos en todo el país.
Al menos 23 civiles murieron el martes, 15 de ellos en Homs en bombardeos de las fuerzas del régimen, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, radicado en Gran Bretaña).
Además cuatro agentes de seguridad murieron en la explosión de un artefacto explosivo en Nawa (región de Deraa, sur) que las fuerzas de seguridad tomaron por asalto justo después.
Por su parte las autoridades afirmaron que continuarían sus ‘operaciones’ contra los ‘grupos terroristas’ en Homs.
El sábado el régimen ya había negado todo bombardeo en Homs e imputó la violencia a ‘grupos armados’, como lo hace desde el principio de la revuelta.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), que reagrupa a las principales corrientes de la oposición, y el Ejército Sirio Libre (ESL), que reivindica unos 40.000 combatientes, pidieron a los empresarios sirios y árabes que financien las operaciones de los rebeldes.
La represión a la revuelta dejó desde mediados de marzo más de 6.000 muertos, según militantes.
Al menos 400 menores de edad murieron en ese mismo periodo, indicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). ‘Hay informes que señalan casos de niños arrestados arbitrariamente, torturados y víctimas de abusos sexuales durante su detención’, declaró una portavoz de UNICEF, Marixie Mercado.