Así son los buques metaneros que abastecerán a España de gas durante este invierno

La crisis diplomática con Marruecos ha alterado el suministro de gas de Argelia a España. Argelia primará las razones políticas y geoestratégicas por encima de las económicas y abandonará este domingo el suministro de gas a través del Gasoducto Magreb Europa (GME) pese a los esfuerzos de España por mantener activa una infraestructura energética clave, con garantías para los contratos ya firmados pero incertidumbre sobre los futuros. Así, parte del suministro de gas a España llegará en forma de gas natural licuado (GNL), que llegará en buques metaneros.

Se trata de embarcaciones concebidas expresamente para el transporte de GNL desde los lugares de producción a los de consumo, lo que supone un auténtico reto tecnológico, ya que el gas debe mantenerse a una temperatura de -160 grados, cercana al cero absoluto, a lo largo de grandes distancias.

El objetivo de procesar esta mezcla de hidrocarburos para hacerla líquida no es otro que facilitar su transporte, y es que, explica el gestor técnico del sistema gasista, Enagás, ocupa seiscientas veces menos que el gas natural en estado gaseoso.

Así es un metanero

Según la Agencia Energética del Gobierno Vasco, una de las características de un metanero es su gran calado y capacidad de carga, necesarias para el transporte de importantes cantidades de gas. La eslora (o longitud) tipo superaría los 284 metros, y la manga (o anchura) estaría en 42,5 metros.

Naturgy, accionista con un 49% del gasoducto de Medgaz, cuenta con más de una decena de buques con capacidad media de casi 165.000 metros cúbicos, que recorren el globo a una velocidad media de 18-19 nudos. Por capacidad total, destaca el “Castillo de Mérida” con 178.818 metros cúbicos, entregado en 2018 y fletado a la española Naviera Elcano. Poco antes de la pandemia, Endesa hacía público su acuerdo con FLEX LNG, propietario y operador comercial de este tipo de buques, para el fletamiento del “Flex Ranger”, embarcación de última generación con capacidad de 174.000 metros cúbicos, el equivalente a la demanda de un día de gas de toda España.

A pesar de su talla, ambos se quedan lejos del mayor metanero del mundo, el modelo Q-Max, de la empresa catarí Qatargas y fabricado por Daewoo, Samsung y Hyundai, capaz de albergar 266.000 metros cúbicos de GNL.

¿Qué ocurre cuando llega?

Una vez que el GNL llega a destino, se dirige a una planta de regasificación, que lo devolverá a su estado gaseoso para, acto seguido, inyectarlo en los gasoductos y transportarlo por toda la red.

En 2020, se descargaron en España 238 metaneros, señala Enagás en su informe “El sistema gasista español”, en el que detalla que cada una de estas plantas -Barcelona, Huelva, Cartagena, Mugardos, Bilbao y Sagunto- recibió gas de, al menos, seis países diferentes.

Por orígenes, Estados Unidos y Nigeria fueron los países de los que se recibió un mayor número de cargamentos el año pasado, 62 y 47 buques, respectivamente, seguidos de Rusia y Catar, con 35 y 30.

Cómo funcionan los contratos

A cierre de 2020, había 642 embarcaciones en todo el planeta habilitadas para transportar GNL, prácticamente el doble que hace una década y el 34% más que en 2016, según los datos de Statista.

La mayor parte de la flota de las navieras está bajo contrato de carga -generalmente, de larga duración- con los fletadores, que son las compañías energéticas que usarán la nave. En costes, este porte representa entre el 10 y el 30% del total en el proceso, señalan académicos de la Universidad de Amberes, unos niveles que en teoría deberían caer por la creciente preparación de los astilleros y los avances tecnológicos.

No obstante, en el informe “Visión del mercado del GNL a 2025”, la consultora Deloitte subraya el peso del transporte, ya que, ante una escasez de barcos disponibles, los picos de precio podrían superar los 100.000 dólares (unos 85.900 euros) al día, frente a los 40.000-50.000 dólares (34.300-43.000 euros) de 2013.
En plena crisis de precios en el mercado energético, la fuerte demanda de gas ante la inminente llegada del invierno en el hemisferio norte -donde se sitúan los principales países importadores, las potencias asiáticas- está tensando la oferta de metaneros y, por tanto, los costes de flete, que en la zona atlántica para diciembre podrían situarse ya en torno a 136.000 dólares por día (117.000 euros).

El panorama contrasta con el de mediados de 2020, con la pandemia del coronavirus en pleno auge, cuando la demanda de transporte se redujo tanto que los fletes de buques de alta eficiencia marcaron los 40.000 dólares (34.300 euros) diarios, indica el informe anual de la Unión Internacional del Gas.

Futuro de los precios

Analistas y expertos en el norte de África coinciden en apuntar que España parece no haber leído bien la coyuntura actual, marcada por una decisión firme de Argel de cortar los lazos diplomáticos con Rabat, que no es fruto ni de una rabieta ni de la improvisación, si no de un plan meditado a largo plazo asociado al reequilibrio de las relaciones en esta región pero también en el Sahel.

Una decisión que va a obligar a los países europeos a posicionarse y que tiene, como objetivo final, elevar la influencia de Argelia -que cuenta con el factor geográfico a su favor y el apoyo de Rusia- y aislar a Marruecos -principal aliado de Estados Unidos- en el considerado patio de atrás de Europa.

“Está claro que los argelinos no parecen querer oír hablar de una renovación del contrato para suministrar gas argelino a España a través de GME. En realidad, los españoles han sido instados por los marroquíes a jugar al intermediario”, aseguraba esta semana el diario argelino “Liberté”.

En este contexto, los expertos recuerdan que las garantías dadas por Argelia a España se refieren a “los contratos ya firmados” y que Argel, con un mercado fluctuante, probablemente tenga otras ideas sobre los contratos futuros.

Fuente: https://www.eleconomista.es/


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