Así es el primer gran barco de carga con la innovadora propulsión eólica de vela rígida
Un barco que navega ayuda del viento. Dicho así, no parece una gran novedad. Sin embargo, el Shofu Maru es una innovación en toda regla. Es el primer gran buque de carga del mundo equipado con el sistema Wind Challenger, de soporte a la propulsión con energía eólica captada con una vela semi-rígida.
Este bulk carrier de 235 meros de eslora, 43 metros de manga y 100.422 toneladas de peso muerto ha sido construido para la compañía naviera japonesa Mitsui OSK Lines (MOL) y fue botado el pasado 7 de octubre en los astilleros de Oshima Shipbuilding, cerca de la ciudad japonesa de Saikai. La primera ruta comercial se inició el 22 de octubre en dirección a Newcastle (Australia).
El Wind Challenger es un sistema, desarrollado principalmente por MOL y Oshima Shipbuilding, con apoyo científico de la Universidad de Tokio, que utiliza una vela extensible o telescópica para aprovechar la fuerza del viento para mover las hélices que propulsan la embarcación.
El sistema Wind Challenger instalado en el Shofu Maru está formado por una estructura desplegable que llega a alcanzar una altura de 43 metros. Esta vela semi-rígida es orientable, en función de la procedencia del viento.
El empresa promotora destaca con este sistema es posible reducir la cantidad de combustible utilizado en transportes de carga del Shofu Maru, lo que se espera que reduzca el impacto ambiental y mejore la eficiencia energética (y económica) de este tipo de transportes marítimos.
MOL Group trabaja ahora en la construcción de un segundo bulk carrier equipado con el Wind Challenger.
La empresa MOL recuerda que la Organización Marítima Internacional (OMI) adoptó estrategias de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) en abril de 2018, estableciendo objetivos como reducir las emisiones de GEI en un 50% para 2050 en comparación con los niveles de 2008. Esta iniciativa pretende alinearse con los compromisos de los países firmantes del Acuerdo de París.
En este sentido, indica la naviera japonesa, Wind Challenger utiliza la energía eólica como fuerza de propulsión complementaria, por lo que se puede conseguir un ahorro de entre el 5% y el 8% en el consumo de combustible. “Wind Challenger agrega energía eólica directamente a la fuerza de propulsión del barco, para reducir el consumo de combustibles fósiles manteniendo la velocidad. Aprovechando las últimas tecnologías, hemos logrado reducir el consumo de combustible de un gran buque de carga y reducir drásticamente sus emisiones de GEI”, afirma la empresa promotora.
El proceso de desarrollo del Wind Challenger ha superado los cinco años de investigación, basado en modelos de dinámica de fluidos computacional (CFD) y experimentos en túnel de viento para estimar la fuerza de propulsión generada.
Desarrollo técnico
“Multiplicamos los diagramas polares por las condiciones del viento y las velocidades de la embarcación en la ruta de navegación esperada para calcular la asistencia de energía eólica general (fuerza de propulsión asistida) en la ruta de navegación y la comparamos con el caso sin la fuerza de propulsión asistida por la vela”, explica la empresa.
Como resultado de los modelos -datos que ahora deberán ser confirmados en la navegación real- la fuerza de propulsión asistida por la vela se traduce, en navegación a plena carga, “en una reducción del 5 % en el consumo de combustible para la ruta de Japón a Australia y del 8 % para la ruta de la costa oeste de Japón a América del Norte”.
Para reducir el peso de la gran vela desplegable, la empresa constructora ha utilizado plástico reforzado con fibra de vidrio (GFRP) como material de base. El material sintético utilizado, “nos permitió aumentar las dimensiones de la vela para maximizar la fuerza de propulsión que genera; y también minimizó su impacto en el equilibrio del buque, lo que mejora significativamente la seguridad operativa”, indica MOL.
Wind Challenger dispone de un sistema automático de control de la vela, que detecta la velocidad y la dirección del viento mediante sensores. La vela se extiende si el viento flojo y se encoge si el viento es fuerte.
La gran paradoja del proyecto
Los promotores del proyecto calculan que el sistema Wind Challenger permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del en aproximadamente un 5% en un viaje entre Japón y Australia y en un 8 % en un viaje entre Japón y la costa oeste de América del Norte, en comparación con un barco convencional del mismo tipo. y contribuir a reducir las emisiones de GEI durante el transporte de combustible.
Una paradoja en la construcción y servicio de este buque es que su finalidad es el transporte de carbón, principalmente desde Australia, Indonesia y América del Norte, para la empresa japonesa Tohoku Electric Power. No hace falta recordar que la combustión de carbón en centrales térmicas es una de las principales fuentes de emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/