Así es el cinturón de seguridad conectado, más seguro y eficaz

Han pasado más seis décadas desde la incorporación en un coche de serie del primer cinturón de seguridad de tres puntos. Fue en 1959 en un Volvo, compañía que generosamente liberó la patente para que el resto de fabricantes lo pudieran incorporar a sus vehículos convirtiéndose en el sistema de seguridad que más vidas ha salvado. Y más de 60 años después, y en la era de la conectividad, el cinturón de seguridad se “enchufa” al coche. Por un lado le hace más eficiente y por otro podría permitir una mayor control del uso del mismo por parte de Tráfico. Así es el cinturón de seguridad conectado que está desarrollando ZF.

La idea es una conexión inteligente con los sistemas de asistencia existentes que garantice aún más la seguridad. El sistema le proporciona a la centralita de control del cinturón la información que necesita para que el sistema tense activamente el mismo en caso necesario y coloque al ocupante en la posición correcta para sentarse. Avisándo hápticamente, por ejemplo vibrando, ante una situación de peligro.

El enrollador del cinturón de seguridad, que dispone de motor eléctrico, cuenta con una unidad de control electrónico (ECU) con sus propios sensores. Este último detecta la posición del ocupante en el vehículo, es decir, si está correctamente erguido o está inclinado hacia delante. La interacción de los sistemas se produce en última instancia a través de un algoritmo que controla la ECU.

Entre los datos que evalúa se encuentran los datos del ABS, el control de tracción, el ESP y el asistente de frenado, así como los datos sobre la dinámica de conducción y la detección del entorno. Con esa información el algoritmo decide cómo debe reaccionar el cinturón de seguridad. El objetivo siempre será apretar el cinturón para una mejor retención de conductor y ocupantes.

Un ejemplo práctico. Thomas Mach, director de proyectos de vehículos de prueba en la planta de Alfdorf, donde ZF está desarrollando el sistema se dirige hacia un objeto estacionario en el campo de pruebas. Tan pronto como el asistente de frenada automática de emergencia (AEB) detecta la situación crítica, el cinturón se tensa. “A través de la información del AEB y de los datos de frenado sabemos cómo se desarrolla la fuerza de frenado”, explica Lars Kübler, jefe de desarrollo de productos de sistemas de cinturones de seguridad: “Es decir, el cinturón se tensa en función del proceso de frenado”.

Una de las grandes ventajas según Kübler, es que en caso de impacto los ocupantes tienen una posición óptima para sentarse sin tener que estar permanentemente en una postura incómoda. Afirma que es importante avisar en la medida adecuada y sólo cuando exista peligro, para no molestar innecesariamente a los ocupantes. “Si el sistema se activara cada vez que quisieras sacar algo de la guantera, no tendría sentido”.

El sistema se vuelve muy eficaz ahorrando tiempo de reacción al conductor. Para comprobarlo, se pidió a los sujetos de prueba que reaccionaran ante un imprevisto en dos situaciones. En un caso conduciendo normalmente y en el otro jugando al Tetris pero con Conducción Autónoma nivel 3. Después de haber sido advertidos con el cinturón de seguridad, en este último caso, los sujetos de prueba reaccionaron hasta un segundo más rápido. Esto es 36 metros de margen de seguridad adicional a 130 km/h afirman. Pero incluso en el primer caso, la posibilidad de evitar una colisión aumenta en casi un 30 por ciento gracias a una reacción más temprana. Por supuesto, el sistema de cinturones funciona tan bien como lo hagan los sistemas de asistencia de los fabricantes de automóviles, algunos de los cuales todavía tienen potencial de mejora.

Un cinturón conectado permitiría, por otro lado, un mayor control por parte de las autoridades de tráfico del uso del mismo.

Calefacción

En un coche eléctrico, el cinturón conectado puede incluso asumir otra función, mantener calientes a los ocupantes. Junto con la calefacción del volante y de los asientos, supondría un ahorro en el consumo de energía en el interior. El cinturón, que cuenta con varios conductores calefactores, alcanza temperaturas de entre 36 y 40 grados centígrados y tiene un efecto duradero.

En términos de seguridad, el material ligeramente más grueso no sacrifica nada. Porque el mejor efecto de calentamiento se produce cuando estás sentado en el coche sin chaqueta en invierno.

Fuente: https://www.autopista.es/


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