Así es el caza ruso con el que Argelia quiere defenderse de Marruecos

Las tensiones en el norte de África entre Marruecos y el Sáhara Occidental han caído como un dominó a las regiones colindantes. Mientras que España está más centrada en la crisis migratoria con Rabat; Argelia, mira con recelo por ser uno de los países más cercanos y claves en el conflicto.

El país vecino está inmerso en un proceso de modernización de su tecnología militar desde hace unos años. La Fuerza Aérea del país está enfocándose en la compra de aviones caza como arma fundamental para no perder músculo militar frente a sus vecinos occidentales.

A diferencia de Marruecos, que tiene a Estados Unidos como aliado fundamental, los argelinos optan por ir de compras a Rusia para sus aeronaves. Todo apunta a que Argelia tendrá en el futuro un total de 14 aviones Sukhoi Su-57 rusos en su flota; una aeronave caza que se mide de tú a tú con el Lockheed Martin F-35 que con mucha probabilidad será protagonista en la Real Fuerza Aérea de Marruecos.

El modelo estadounidense ya se ha convertido en objeto de deseo de muchos países alrededor del mundo como salto directo a la quinta generación más pura de caza. Por ejemplo, naciones aliadas como Israel ya cuentan con unidades y Japón planea contar con un total de 105 cazas en los próximos años. Por su parte, el modelo de Sukhoi no ha hecho muchas apariciones internacionales a lo que se une la relativa discreción con la que Rusia lleva este tipo de temas.

El caza furtivo ruso

El Sukhoi Su-57 es la propuesta rusa para la última hornada de los cazas de quinta generación. Comenzó su diseño a principios de los años 2000, momento en el que Europa y Estados Unidos ya se encontraban inmersas en el despliegue de sus respectivas aeronaves caza que actualmente ya están operativas.

Con el objetivo de ahorrar costes, el desarrollo del Su-57 no se ha realizado desde cero sino que algunas partes claves como la aviónica o los motores se han reutilizado de anteriores modelos. Desde el punto de vista de la ingeniería, emplear motores ya desarrollados y en línea de montaje supone un ahorro considerable de dinero. Por su parte, tener la misma aviónica que en cazas más antiguos permite que el periodo de adaptación de los pilotos sea notablemente menor, reduciendo nuevamente los costes. Todo esto le posiciona como un caza de quinta generación más económico que las alternativas actuales del mercado.

El coste estimado por unidad de Su-57 se sitúa en los 40 millones de euros mientras que por un F-35 el desembolso parte de los 75 millones de euros hasta los más de 100 de algunas versiones.

Una de las propiedades fundamentales del Su-57 es su capacidad furtiva. Pasar desapercibido a los radares enemigos es el sueño de cualquier compañía de aviación militar, una función en la que se lleva trabajando varias décadas y que avanza prácticamente al mismo ritmo que se mejoran los radares. Por el momento, no se ha demostrado la superioridad del Su-57 en el campo de batalla debido a que las primeras unidades tienen previsto llegar al ejército ruso próximamente. Un hecho que juega en contra del Sukhoi respecto al Lockheed Martin, pues este último ya ha realizado varias operaciones con bandera israelí.

En cuanto a las capacidades técnicas, el Su-57 cuenta con un peso máximo al despegue de 35 toneladas con una capacidad de combustible del orden de 10.000 kilogramos que alimentarán a un par de motores diseñados por la también rusa Saturn, que cuenta con experiencia de sobra en esta industria tras haber propulsado aeronaves de Sukhoi, de la china Chengdu y de algunos cohetes. Como apuntamos anteriormente, los motores actuales son heredados de modelos antiguos y actualmente están desarrollando otros sensiblemente más potentes.

En el apartado de rendimiento, el Su-57 consigue una velocidad máxima de Mach 2 (dos veces la velocidad del sonido) con un techo de vuelo de 20.000 metros y una autonomía aproximada de 3.000 kilómetros en modo subsónico. Tal y como ocurre con su homólogo estadounidense, podrá equipar todo tipo de armamento con misiles aire-aire, aire-tierra, contra embarcaciones y también misiles antiradar.

Además de las 14 unidades que presumiblemente tendrán en Argelia, Rusia tiene planes de exportar su caza estrella a Turquía o a China. Por el momento, salvo el anuncio argelino, no ha salido la firma de ningún contrato con el resto de países aliados de Rusia. Si todos los planes se cumplen, Rusia comenzará a recibir las primeras unidades de Su-57 próximamente de un total de más de 70 unidades encargadas y Argelia recibiría su pedido a lo largo del 2025.

El F-35 de Marruecos

Justo al otro lado de la frontera y debido a las excelentes relaciones con Estados Unidos, Marruecos parece que se hará con algunas unidades del Lockheed Martin F-35. También de quinta generación, es sensiblemente más potente y con capacidad furtiva. En la aviónica y en el armamento es donde se encuentran mayores diferencias, aportando cada uno su particular visión de cómo fabricar un caza.

Donde sí va ganando el F-35 es en su recorrido. Las primeras unidades comenzaron a entrar en operación en 2015 sirviendo en algunas misiones de combate real. Las diferentes armas de Estados Unidos ya cuentan con decenas de unidades operativas al igual que países como Noruega, Países Bajos, Japón, Italia, Dinamarca o Bélgica, entre otros muchos.

La Armada de España, por su parte, también es una de las candidatas para cerrar un contrato con Lockheed Martin, aunque todavía no hay un acuerdo cerrado.

Los F-35 son clave para sustituir a los ya veteranos Harrier de la fuerza naval que entraron en servicio desde 1987 y tienen como fecha límite el 2028.

Fuente: https://www.elespanol.com/


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