Así es cómo tu cuerpo te boicotea para adelgazar según la ciencia

Si tienes sobrepeso no significa que no te cuides, algo que aún demoniza la sociedad y que hemos podido ver en casos como el de Selena Gómez, o el de Berta Vázquez. Las personas a las que les cuesta adelgazar luchan a diario contra decenas de opiniones que tratan de dinamitar su proceso, y en muchas ocasiones su perdida o no de peso poco tiene que ver con sus hábitos.

Puede que este año te hayas propuesto perder algo de peso, estés probando cápsulas adelgazantes como las de Mercadona o tal vez seas de esas personas que viven en Dietland y estar a dieta sea más una forma de vida que algo puntual. En muchas ocasiones te hemos hablado de que la mejor forma de adelgazar es cambiar hábitos alimenticios, pero eso no significa que con fuerza de voluntad, ejercicio y una dieta, vayas a conseguirlo.

Y ahí es donde entra la ciencia, que nos explica por qué tu cuerpo puede impedirte perder peso y que se apoya en una frase: “La fuerza de voluntad no es suficiente para adelgazar”.

El déficit calórico como método para perder peso

Crear un déficit calórico es la clave según los expertos en nutrición de Vitónica para lograr perder peso. Consiste en ingerir menos calorías de las que consumimos. Así, el cuerpo tirará las reservas de grasa que tenemos acumuladas en el cuerpo para extraer de ellas las calorías que no le estamos dando a través de la alimentación.

Podemos conseguirlo de dos maneras: aumentando el gasto, por ejemplo con una mayor actividad física; o reduciendo el consumo, contando calorías y bajando ese dato para que lo que comemos sea menos que lo que gastamos.

Existen parámetros básicos que indican cuántas calorías menos necesita tu cuerpo para adelgazar. Para un adulto medio, las necesidades básicas (sin añadir actividades físicas), son de 1.800 a 2.000 calorías diarias. Si le añadimos el ejercicio físico, sumamos calorías. Una hora de cardio intenso, por ejemplo, consume entre 500 y 700 calorías, por lo que el gasto completo para un adulto que haga ejercicio diario sería de 2.500 calorías diarias aproximadamente según los expertos.

Obviamente no es un cálculo que sea recomendable hacer en casa sin tener ni idea. Lo ideal es acudir a un especialista para evitar que el déficit pueda provocar un problema de salud, especialmente si tenemos en cuenta que una reducción de las calorías excesiva es algo insostenible y que puede provocar el efecto rebote.

En Vitónica nos recomiendan reducir unas 500 calorías al día para adelgazar, algo que no es excesivamente complicado si hacemos algunos cambios en los hábitos alimenticios como cambiar los refrescos por agua o eliminar el alcohol. Pero como te decíamos, ojalá fuera tan fácil.

Cómo el cuerpo nos boicotea según la ciencia

Además de comer más de lo necesario o tener hábitos poco saludables, hay algunas prácticas que pueden estar haciendo que engordemos. Y en la pérdida de peso, la ciencia nos cuenta que existen factores saboteadores como los que te contamos a continuación.

Las enfermedades metabólicas

El metabolismo es uno de los grandes implicados en las pérdidas de peso, ya que es el proceso por el que los alimentos se convierten en las unidades de energía que el cuerpo consume. Tener niveles bajos de la hormona tiroidea que está implicada en esto, lo que le ocurre a las personas con hipotiroidismo, produce que el metabolismo se ralentice y la persona aumente de peso aún reduciendo la cantidad de calorías que ingiere.

Algunas enfermedades genéticas

El síndrome de Prader-Willi es solo un ejemplo de algunas enfermedades genéticas que afectan directamente al peso. En este caso, desde la infancia el sujeto desarrolla un apetito insaciable que le lleva a una sobrealimentación crónica y obesidad.

Enfermedades mentales que afectan a nuestro peso

Un estudio de la Universidad de Stanford reveló que el estrés engorda, y las enfermedades mentales que se relacionan con el estrés, también. En ellas está directamente implicado el cortisol, ya que unos niveles altos de esta hormona en sangre aumenta los niveles de apetito y de acumulación de grasa.

Dejar de fumar

Existen varios motivos por los que engordamos al dejar de fumar. Cortarle al cuerpo el suministro de nicotina dificulta la pérdida de peso tal y como explicaba este estudio llevado a cabo por científicos españoles. Según sus conclusiones la nicotina actúa sobre una enzima llamada AMPK, inactivándola en determinadas regiones del cerebro, lo que provoca que se coma menos y se gaste más energía. Pero cuando la nicotina desaparece, aumenta el apetito y se quema menos grasa.

Causas sociales y económicas

Además de la propia responsabilidad, existe una responsabilidad colectiva, social y económica que afecta a nuestro peso. Y no es algo que nos inventemos. La OMS ha reconocido que la prevalencia creciente de la obesidad infantil se debe a cambios sociales y no está relacionada únicamente con el comportamiento del niño, sino cada vez más con “el desarrollo social y económico y las políticas en materia de agricultura, transportes, planificación urbana, medio ambiente, educación y procesamiento, distribución y comercialización de los alimentos.”

Fuente: https://www.trendencias.com/


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