Analizan permitir ciertos electrónicos durante fases críticas de los vuelos en avión
Miami.- Actualmente, la prohibición es bastante clara: Nada de dispositivos electrónicosdurante fases críticas en el avión. Lo último que necesita una máquina tan compleja como un avión comercial es interferencia causada por un dispositivo problemático, pero varias aerolíneas están entregando a sus pilotos documentos digitalizados en iPads y otras tablets, por lo que dicha prohibición está perdiendo fuerza rápidamente, y los reclamos de los usuarios se multiplican.La máxima autoridad de la aviación en los Estados Unidos, la FAA, estaría dispuesta a dar una nueva mirada a la regulación actual, aunque no todos los dispositivos serían probados en el corto plazo.
La novedad apareció en las noticias a mediados del año pasado: Como una movida para mejorar la administración de información, y al mismo tiempo ahorrar cantidades importantes de papel, algunas aerolíneas introdujeron iPads en las cabinas de sus pilotos. Todavía quedan pruebas por hacer, y en general el rol del iPad en la cabina es secundario, de forma tal que no se convierte en un dispositivo fundamental para despegar, volar y aterrizar el avión. Pero a medida que la presencia de dispositivos electrónicos en las cabinas se está solidificando, la presión de los usuarios aumenta. Los boletos de avión no son particularmente baratos, y un usuario trata de obtener todas las comodidades posibles, como por ejemplo, no tener que cargar con dos o tres libros en un viaje muy largo. Por lo tanto, la pregunta es sencilla, y a la vez profunda: Si están usando iPads en las cabinas, ¿por qué los pasajeros no pueden hacer lo mismo? Existen reglas que permiten encender dispositivos luego de alcanzar determinada altura, desactivando los modos de transmisión (de allí el nombre del “Airplane mode”), pero en general, la prohibición se mantiene en pie.
Hasta este punto, la Administración Federal de Aviación (y también la FCC) sostenía que la prohibición apuntaba a proteger los sistemas del avión de cualquier interferencia, pero ahora, parece que lo van a pensar dos veces. La FAA no ha hecho pruebas desde el año 2006, prácticamente la prehistoria para el mundo de los dispositivos electrónicos, ya que ni el iPhone, ni el iPad ni el Kindle existían. Al mismo tiempo, la FAA ha demostrado cierta reputación “dictatorial” a la hora de lidiar con estos reclamos, lo cual revela un cambio de postura muy importante. La Administración permite que las aerolíneas soliciten el uso de dispositivos electrónicos una vez que esas mismas aerolíneas hayan comprobado que no afectan a los sistemas de sus aviones (un proceso que equivale a una pesadilla viviente en costos y logística), pero con múltiples modelos de dispositivos, sus orígenes (sea pasajero, piloto, asistente de vuelo, etc.) y sus diferentes fabricantes en la ecuación, será necesario llegar a un acuerdo muy amplio.
Aún así, un “acuerdo amplio” dejaría fuera inicialmente a smartphones y otra clase de teléfonos móviles, por el simple hecho de que hay una enorme cantidad de modelos en el mercado, y probarlos a todos (las reglas dicen “un vuelo sin pasajeros” por “cada modelo de dispositivo” en “cada modelo de avión” en “toda la flota” de una aerolínea) es sencillamente un costo imposible de afrontar para empresas más pequeñas. En otras palabras, la FAA deberá hablar con todos los afectados y desarrollar una serie de pruebas más sencillas y específicas para abarcar la mayor cantidad de dispositivos y llevar adelante la tan demandada “actualización” de artefactos permitidos en un avión, que van desde grabadores de periodista hasta afeitadoras eléctricas.