Aeronáutica… ¡incomprensible como siempre!

Por: Amín Cannán Gómez

No creemos que exista un organismo más controversial que la antigua DGAC, hoy IDAC, visto desde diferentes ángulos sorprende que a estas alturas los técnicos aeronáuticos se increpen contra sus superiores jerárquicos haciendo denuncias y llevando inquietudes a los medios de comunicación.

Por otro lado recogemos una información de ASONAHORES denunciando que la modificación de la Ley 491-06 es improcedente y mal estructurada, cuando también un colegiado de empresas hacen una denuncia de que se les está violentando el derecho de propiedad territorial al permitir que los extranjeros tengan el 100% de las acciones de una empresa aérea en la República Dominicana, pero todo no está verdaderamente descrito cuando se delegan los fondos del organismo a un sistema que no tuvo más que lamentaciones en la antigua DGAC en los tiempos del entonces Coronel Luis Damian Castro Cruz, Director General, que por no solicitar un presupuesto más amplio migraron los mejores técnicos del organismo para el sector privado y si bien fuera en el tiempo del Lic. Vitelio Mejía Ortiz cuando cambiara esa temática al conseguir un aumento sustancial (autonomía financiera) y una mejoría en los salarios y las reivindicaciones que aun se mantienen.

Parte de los logros realizados en las transformaciones y evolución del IDAC es la separación del IDAC y la JAC; si bien la política aérea erráticamente para el país se aventura a definir “CIELOS ABIERTOS” para los extranjeros en desmedro de los nacionales no es menos cierto que el IDAC no tiene la capacidad de articulación ni representación para ello debido a una razón muy lógica: dentro de las funciones de regulación y observancia de la seguridad operacional no se contempla una dualidad y visión restringida a la normativa. El IDAC de hoy busca patrocinar una línea aérea brasileña para salvar la patria de Duarte y de la liberación de Bosch.

Aparentemente la rivalidad entre el IDAC y la JAC pasa de las esferas de los organismos y entra en el aspecto personal, no solo de los que dirigen ambos organismos sino de los mandos medios, se han dado circunstancias de desavenencias entre la Junta de Investigación de Accidentes y Normas de Vuelo además de las sabidas divergencias de opiniones sobre permisos otorgados por la JAC en material certificado de autorización económica y solvencia versus capacidad de la seguridad operacional.

A donde más incredulidad se genera es en el aspecto técnico, donde se ha hecho la mayor inversión en recursos humanos y equipamiento, edificios, sistemas de control de tránsito aéreo, simuladores, radares, seminarios, entrenamientos y refrescamientos. Aun así el organismo adolece de funcionalidad y como siempre la precariedad se hace evidente cuando simples micrófonos y grabadoras son objeto de controversia así como las recurrencias y entrenamientos iniciales en un personal supernumerario y a punto de acabársele la vida útil.

Da “esteriquito” cuando un viejo roble de los controladores como Leonardo Rivera se destapa con una afirmación de que debido a deficiencias del sistema puede ocurrir una catástrofe aérea. Si lo dijera un empresario o un piloto se podría ver como una denuncia alarmista y peregrina, pero en voz de un controlador esto tiene bemoles y no da risa sino pavor. El mismo Rivera cuestiona la inversión millonaria de equipos recientemente realizada por la institución, algo que produce interrogantes.

En nuestra opinión, en vez del Director del IDAC haber centrado su interés en la modificación de la Ley y de crear una imagen de que el progreso de la aviación se mida con el flujo de turismo o con traer con privilegios a GOL, el mejor gol lo hubiese metido con la materialización de una empresa nacional capaz de satisfacer la demanda de servicios para justificar la Categoría I, o sea, que el país pintó una paloma morada pero se le olvidó pintarle el pico para comer, y si hablamos de pilotos casi todos están desempleados o sub-empleados.

Jamás viendo volar aviones sobre nuestro territorio se progresa, ni viendo a Ronaldinho entrar un GOL DO BRASIL, mucho menos privilegiando empresas extranjeras con tasas y servicios reducidos mientras para las empresas nacionales y pueblo dominicano los impuestos son cada vez más elevados. El gran emperador Napoleón Bonaparte decía: “vístame al paso que voy de prisa”.

Dr. Alejandro Herrera, los italianos dicen “de piano” y en el Cibao decimos “cuidado si se ajoga” por no decir “se va por la borda”.


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